El sector financiero andorrano es uno de los principales pilares de la economía andorrana, y contribuye en un 16% al PIB del país.
El INAF (Instituto Andorrano de Finanzas) es el órgano supervisor y regulador del sistema (a excepción de las compañías aseguradores que no pertenecen a grupos bancarios, reguladas por el Ministerio de Finanzas del Gobierno de Andorra).
La Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (UFIAND) es el órgano independiente que tiene por misión impulsar y coordinar las medidas de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Todos los bancos andorranos están certificados como intermediarios calificados por el IRS (Internal Revenue Service) de los Estados Unidos y disponen de los estándares SEPA y MiFID.
El sector bancario se caracteriza por la fuerte capitalización de las distintas entidades y una gestión de carácter conservador y prudente. Estas características han permitido que la solvencia del sector se sitúe en ratios superiores al 20%, muy por encima de la mayoría de plazas financieras del entorno.